Cuarta visita a Asociación Patitas
El día de hoy comenzó como cualquier otra de nuestras visitas al local de la Asociación Patitas: con una sesión de limpieza bastante exhaustiva de los carriles donde los perros se encuentran guardados, asegurándonos de dejar el lugar lo suficientemente limpio y libre de olores tanto de los desechos como de nuestros propios productos de limpieza como para que los perros puedan respirar sin problemas al volver a ingresar. Asimismo, pudimos percibir cómo avanzamos de manera mucho más veloz que de costumbre, lo cual evidencia que ya nos hemos adaptado a la realización de este esfuerzo. Dicha realización me llenó de cierto orgullo a nivel personal, puesto que considero que habernos acostumbrado a la labor dentro del primer mes de trabajo definitivamente significa que deparan más grandes avances en los dos siguientes, de modo que el día de hoy me infundió una gran satisfacción y emoción por seguir adelante.
El hecho de haber podido avanzar a este eficiente ritmo permitió que nuevamente acabáramos con la labor antes de lo esperado, y tuviéramos media hora de sobra. Decidimos salir a barrer los excrementos, pero esta vez con una pequeña innovación. Recordamos que originalmente, se nos dijo que una parte de las necesidades de los perros que debían de ser cubiertas era la recreación, por ende, pensamos que sería una original idea dedicar esta media hora sobrante a jugar con los perros ubicados en los carriles exteriores del lugar.
Así, decidimos liberarlos y estar con ellos un rato. Sin embargo, no fue tan fácil como hubiéramos esperado. Liberamos un total de 7 perros de 3 jaulas distintas, con la esperanza de que se llevaran bien y pudiéramos jugar con ellos; pero ellos comenzaron a ladrarse y pelearse, alterando asimismo a los otros perros aun enjaulados, y generando así gran desorden y bulla general. Al poco rato nosotras mismas tuvimos que ayudar al señor Aurelio a guardar de vuelta a los perros, decepcionadas de que nuestra idea no hubiera funcionado. Hemos decidido volver a aplicar esta idea la siguiente ocasión, pero asegurándonos de liberar a una cantidad menor de perros, tanto para evitar causar mayores disturbios como por nuestra propia seguridad, ya que en varios momentos los perros se pelearon a distancias peligrosamente cerca de nosotras y por ende estuvimos en riesgo de que nos mordieran u hirieran de algún otro modo.
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