Proyecto CAS: Ayuda Animal

El día domingo de marzo, mi compañera Isabella Salinas y yo comenzamos con la realización de nuestro primer proyecto de CAS, al cual hemos titulado "Ayuda Animal" y consiste en dedicar 2 horas de la mañana de todos los domingos a ir como voluntarias al refugio de la Asociación Patitas, ubicado en Pachácamac. 

A pesar de ser tan solo nuestra primera visita al lugar, pudimos encontrarnos con varias dificultades; en primer lugar, la ubicación del lugar es muy difícil de hallar en línea, y la dueña del local no nos la había dado, de modo que tuvimos que tratar de ir al lugar con referencias vagas y como era de esperarse, nos perdimos en el camino. La siguiente dificultad vino de manera inmediata: no podíamos contactar a la dueña del local para pedirle referencias más exactas. Decidimos preguntar a los vecinos del lugar si conocían de algún refugio canino cercano, y a pesar que de nuevo, nos dieron referencias muy poco exactas, pudimos guiarnos y al rato estuvimos en el lugar. A pesar de haber superado la dificultad, lamentablemente el perdernos ocasionó que llegáramos una hora tarde al lugar. 

Una vez allí, nos recibió el encargado de limpieza del lugar, quien en efecto esperaba nuestra llegada. Hicimos una primera observación del lugar, tratando de encontrar los principales problemas. Era bastante claro que la primera limitación era la higiene: el lugar tenía un fuerte olor a orina el cual se sentía todavía más fuerte por el sol, además, el suelo del establecimiento estaba repleto de excrementos, y el pasillo que conecta todos los carriles del refugio se hallaba húmedo, probablemente con una mezcla de los propios orines de los perros y el agua que beben. Mi compañera y yo nos dimos cuenta que si en algo necesitaban apoyo, era en mantener la limpieza y orden del lugar. 

Se nos comentó que en lo que necesita más ayuda es en la limpieza de los lugares donde están guardados los perros, sin embargo, mi compañera y yo no contábamos con los implementos necesarios para realizar una limpieza de aquel tipo, como por ejemplo, botas de hule; por ello decidimos no llevar a cabo esa parte del trabajo por esta ocasión para así evitar el riesgo de resbalarnos con el agua esparcida y hacernos daño.

El señor nos dio entonces la opción de recoger los excrementos de los perros usando recogedor y escoba, a lo cual accedimos; así, pasamos la hora que estuvimos en el refugio ayudando a recoger estos excrementos. El trabajo no fue muy difícil, debido a que Isabella y yo nos repartimos el pequeño terreno en zonas en las cuales cada una debía limpiar; así, pudimos avanzar de una forma mucho más eficiente. En mi caso, esta tarea no resultó especialmente difícil, pues usamos escobas para apoyarnos con la limpieza, de modo que me recordó mucho a simplemente barrer, algo que yo ya he hecho muchas veces como ayuda en mi casa.

Mi compañera y yo en definitiva nos esforzamos mucho en que nuestra labor saliera bien. Queríamos demostrar que estábamos visitando el lugar con las mejores intenciones dejando evidencia de ello en nuestros resultados, por lo cual limpiamos todo lo que pudimos, quedándonos incluso un pequeño tiempo adicional al originalmente planteado para compensar nuestra demora.

Me sentí feliz de ayudar durante la hora que estuvimos allí, pero al mismo tiempo en mí existía un fuerte sentimiento de poder hacer más de lo que hicimos. Estoy expectante de la próxima visita, puesto que quiero probar que somos una ayuda más grande de lo que demostramos allí. 

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