Proyecto Integrado - Día 3

El día 3 de nuestro viaje a Pucallpa, observando el itinerario planteado, prometía ser el día más lleno de actividades de todos los del viaje, las cuales, asimismo, eran altamente variadas entre ellas, pues iban desde la conciencia ambiental hasta la gastronomía. Originalmente, este plan me causaba cierta preocupación, pues tenía miedo que no alcancen todas las actividades planeadas en un solo día, y terminemos llegando tarde a varias de las mismas. Pero decidí dejar esta preocupación de lado y solo vivir el día, ya que ir con una mentalidad negativa no iba a ayudar la situación, por lo cual era mejor mantenerse optimista.


La primera actividad planificada para el día combinaba la realización de actividad y de servicio, pues consistió en unirnos a un colegio local de Pucallpa, el colegio Sollartia, para limpiar la costa del río Yarinacocha. Nos dividimos en dos grupos, un grupo limpiaría la zona turística del río, y otro, se encargaría de realizar la labor en la sección del río que funciona como puerto pesquero. Asimismo, el colegio Sollartia amablemente nos proporcionó equipamiento necesario para llevar a cabo el trabajo sin infectarnos o accidentalmente entrar en contacto con sustancias que podrían ser dañinas para nuestro cuerpo, como mascarillas y guantes; nosotros como delegación del colegio trajimos nuestras propias botas. Yo fui asignada al grupo que limpiaría la zona turística. Así, comenzamos nuestra labor con mucho cuidado; en primer lugar nos aseguramos de designar una bolsa para desechos generales, nos hubiera encantado poder reciclar los materiales encontrados, pero nos dimos cuenta pronto que eran de verdad insalvables; y una bolsa para vidrio. Nuestra intención era la de no mezclar vidrio con otros materiales, puesto que el vidrio podría rasgar la bolsa y causar que los desechos se derramen en el suelo. También, así sabríamos qué bolsa tratar con más cuidado. Tan solo comenzar la actividad, pude entender el beneficio que representaba el estar usando botas de plástico, ya que al entrar en contacto con el lodo, en muchas ocasiones nuestros pies se hundían muy profundo; el usar este tipo de zapatos altos nos permitía ensuciarnos menos y poder retirar los pies hundidos de manera más sencilla. Llegó un momento en el cual pude divisar un grupo de mis compañeros que se habían alejado un poco más del resto, tratando de conseguir retirar basura de un sitio más remoto; decidí acoplarme a ellos pues consideré que sería buena idea tratar de alcanzar las partes más alejadas del lugar, puesto que era improbable que alguien vuelva a ir para allá. El lugar consistía de una pequeña depresión en el terreno, a la cual había que llegar con cuidado, puesto que no había una bajada hacia la misma como tal, sino que había que pisar dos partes salidas de la tierra relativamente separadas entre sí. Una vez allí, me di cuenta que, al ser un lugar pequeño era ligeramente más fácil recolectar la basura que íbamos encontrando, puesto que estaba mucho más junta y si encontrabas alguna bolsa u objeto solía haber algo más a su lado. Los problemas surgieron cuando a uno de mis compañeros se le hundió la bota en el barro que se había formado en la orilla de aquel lugar, el cual adicionalmente tenía una profundidad considerable, por lo que retirar la bota de allí fue bastante difícil. Este problema se repitió unos momentos más adelante cuando, caminando cerca a la zona donde ocurrió lo anterior, mi propia bota se quedó atascada también, pero a una profundidad ligeramente mayor, de modo que fue aun más trabajoso retirarla y no pude conseguirlo sin ayuda de un compañero. Tras estos dos incidentes decidimos mantenernos lo más alejados posible de aquella parte del lugar en específico, ya que era riesgoso caminar por allí. En un intento por acelerar nuestro ritmo de trabajo ideamos una estrategia de "cadena", donde nos ubicaríamos formando una fila y pasaríamos la basura encontrada de mano en mano hasta la bolsa. Dicha estrategia en efecto resultó de ayuda y nos permitió trabajar de manera más veloz y eficiente. Aun así, uno de mis compañeros no quiso rendirse con tratar de conseguir la basura la orilla, de modo que aplicó creatividad en buscar una manera cómo llegar al lugar, logró cumplir su cometido formando un pequeño camino hasta el lugar el base a lanzar troncos uno después de otro. 

Tras limpiar la orilla del río, nos dirigimos a la siguiente actividad planeada para el día: un conversatorio con pescadores locales, con la intención de abrir un diálogo comprensivo acerca de la conservación medioambiental, con argumentos brindados y escuchados por ambas partes. Empezó con una presentación llevada a cabo por un grupo de niños pequeños, donde haciendo uso de su creatividad representaron una pequeña obra acerca de la pérdida de recursos fluviales. Sin embargo, fue en ese momento que la parte positiva y entretenida del momento planteado acabo. Al pasar al momento de iniciar la conversación, cuatro compañeros salieron a frente como representantes del colegio y aportaron tanto información como perspectivas personales de la situación; los pescadores, por otro lado, no participaron, es decir, nunca hablaron en lo que duró toda la actividad, resultado el cual consiguió que todos saliéramos decepcionados de este intento de conciliación entre dos partes de esta especie de conflicto.

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