Proyecto Integrado - Día 2

La agenda de este día se halló enfocada en la visita a la localidad de San Francisco, a la cual se llega en un viaje de una hora en barco; la únicas actividades indicadas en la agenda eran la presentación de títeres, y la visita al museo Non Axebo. La jornada me llena
ba de curiosidad principalmente, pero a su vez por un poco de nervios, puesto que estaba muy expectante de ver cómo saldrían las actividades que habíamos planeado.

Aunque las actividades indicadas por la agenda del día resultaron no ser las únicas que haríamos. Se nos tenían preparadas dos pequeñas actividades que harían el trayecto más divertido y educativo. La primera de las mismas se trató de realizar una observación de aves, el objetivo era tratar de encontrar todas las especies de pájaros presentadas en una cartilla que se nos fue entregada. Personalmente, me gustan mucho los animales, por lo que la idea me interesó desde un principio, además, lo vi como una oportunidad para comprender el atractivo de un hobby nuevo, pues sabía que la observación de aves es un hobby popular en ciertas partes del mundo, pero no entendía del todo la gracia del mismo. Sin embargo, conforme la actividad se prolongó me vi a mí misma muy atenta a los tipos de pájaros que nos rodeaban en el camino, tratando activamente de identificarlos, pues me puse a pensar en la cantidad de especies de aves anotadas en nuestras hojas y cómo a pesar que vimos muchos pájaros con aspectos diferentes, no llegamos a cubrir ni la mitad de las especies señaladas. Aquello me permitió reflexionar acerca de la biodiversidad extensa con la cual nuestro país cuenta; me di cuenta de que a pesar de saber que el país es un país muy rico en biodiversidad de forma teórica, siento que no so
mos verdaderamente conscientes del significado de aquello hasta que vivimos esta clase de experiencias, que nos permiten pensar en lo mismo mucho más a fondo.

De igual modo, en el trayecto hicimos una parada para pescar. La original incomodidad que me llenó al escuchar la idea se disipó cuando nos explicaron que se iba a tratar de la mecánica de pescar y liberar, idea que me agradó mucho, ya que significó que había conciencia de no extraer recursos naturales de los cuales no fuéramos a hacer uso, sino que regresaríamos los peces al agua tras capturarlos. Nos aseguramos de tratar a los peces con el mayor cuidado posible; sin embargo, sí surgió una complicación con uno de los peces, el cual se encontró herido pues el anzuelo se atracó en su ojo. Los integrantes de nuestro bote hicieron grandes esfuerzos en salvarlo y al final pudimos devolverlo al agua. Puedo decir que este actuar me sorprendió gratamente, pues es verdad que usualmente no existe una consideración tan grande por las formas de vida tan pequeñas. 

Todo lo anterior fue principalmente recreacional, con el objetivo de permitirnos entrar en mayor contacto con la naturaleza del lugar mientras nos divertíamos; las actividades de propiamente de servicio planeadas para el día comenzaron apenas llegamos a la comunidad de San Francisco, donde fuimos recibidos a través de un largo e impresionante puente, por los pobladores quienes realizaron una danza creativa para recibirnos, la cual incluía cantos en su idioma, vestimentas tradicionales, y música con instrumentos propios del lugar.

Una vez allí, la primera actividad que llevamos a cabo fue la presentación de títeres dirigida a niños de un colegio local. Primeramente, puedo reconocer el excelente trabajo de mis compañeros y compañeras de esta comisión, los títeres que utilizaron estaban totalmente realizados con material reciclado, de modo que eran coherentes con el mensaje de consciencia ambiental, y asimismo, era claramente evidenciable cómo durante la planificación de su proyecto pusieron especial atención a cada detalle de la obra para que sea ameno y agradable para los niños pequeños: uso de un lenguaje simple, modulación de voces para los personajes y preguntas al público son algunos de los recursos con los que lo lograron. Algo que atrajo mi atención fue como varios niños querían ir a la parte de atrás del pequeño teatro para ver quién manipulaba los títeres, algo que originalmente no me pareció correcto de su parte, pues a primera vista lo asocié con desinterés hacia el contenido de la obra en sí. Sin embargo; la mayoría de los niños demostró estar atentos, puesto que respondieron apropiadamente a las preguntas; pero sobre todo, porque al acabar la obra estaban muy emocionados con ayudar a levantar todas las  basurillas que encontraron en su patio. En ese momento me di cuenta del impacto positivo que una buena educación con visión medioambiental desde edad temprana puede generar, algo que me hizo sentir muy esperanzada con respecto al futuro y a generar una solución para la crisis ambiental en la cual nuestro mundo se encuentra.

Una vez acabó la actividad en el colegio, una delegación de nuestro colegio se quedo allí entrevistando a los profesores interculturales quienes trabajaban allí con preguntas vinculadas a la cosmovisión y cultura shipibo-conibo en esa comunidad. Una segunda delegación, a la cual yo pertenecía, fue directamente al museo Non Axebo que en el idioma shipibo quiere decir "Nuestra Cultura", dirigido por una sola familia de apellido Valera, y cuyo objetivo precisamente es preservar la cultura shipibo-conibo. Lo primero que hicieron al recibirnos fue ofrecernos masato, una bebida tradicional de la selva peruana; yo nunca había probado masato, pues la idea de que sea una bebida fermentada  por días me desagradaba un poco, sin embargo, era consciente de que si no lo tomaba podía ofender a estas personas, quienes nos ofrecían su hospitalidad, y adicionalmente hacer quedar mal al colegio como institución, por lo que decidí beber igual. Pude ver que el resto de mis compañeros probablemente tuvo un pensamiento similar, ya que todos bebieron el masato cuando se les fue ofrecido, nos habló un poco de la manera de ver el mundo de esta comunidad, asociando lo que se nos decía con diferentes representaciones artísticas en las paredes del lugar. También, se nos habló de las diferentes manifestaciones tradicionales que tienen los shipibo-conibos, como serían su cerámica y su bordado. Unas palabras del expositor que captaron mi atención especialmente fue cuando dijo que "los jóvenes entran en contacto con la cultura limeña, se dan cuenta que es superior a la nuestra y ya no quieren participar en ella" yo quedé consternada, nunca había considerado la posibilidad de que una cultura desapareciera de forma completa por un desinterés de los propios jóvenes, y me dolió que los propios preservadores de esta cultura la vean como "inferior" a la que existe en la Costa. En un siguiente momento llamaron a personas para participar en este intercambio cultural de forma más directa, realizando nuestro propio pocillo de cerámica tradicional, algo a lo cual yo me ofrecí pues me pareció una buena manera de comprender mejor las tradiciones locales de manera vivencial, desarrollando al mismo tiempo mi creatividad. Esto fue mucho más complejo de lo que originalmente parecía, y mientras realizaba mi pequeño plato, el señor Valera, quien nos explicaba las cosas de este museo, hablaba de lo necesario que es pagar el precio completo de las artesanías en vez de "regatear"; pude entender perfectamente a qué se refería, pues comprendí de primera mano el esfuerzo detrás de estos productos. 

Llegó la hora de retirarnos del museo, pero las aventuras CAS no habían terminado allí, pues en el camino de regreso surgió una eventualidad: uno de los botes donde iban nuestros compañeros se quedó sin aceite, y se vio estancado en medio del lago. Por suerte, el bote dentro del cual yo me encontraba los encontró a tiempo y decidimos solucionar la situación aplicando tanto creatividad como servicio: mediante la creación de un nudo que uniera ambos botes y pudiéramos avanzar así en normalidad.

Una vez en el hotel, seguimos practicando actividad, pues un gran numero de nosotros tuvo una sumergida en la piscina, donde comenzamos a jugar distintos juegos de agua ideados por nuestra profesora Lorena y por nosotros mismos.

La reflexión nocturna de esta noche fue muy bonita, pues pude ver una emoción común en todos en hablar acerca del intercambio cultural que vivimos durante el día. Adicionalmente, pude ver una situación del día bajo una nueva perspectiva, ya que todos mis compañeros estaban de acuerdo en que los niños tratando de buscar el origen de las voces de los títeres estaban demostrando crecer como niños indagadores, por lo cual debíamos alegrarnos; algo que era una nueva forma de ver la situación para mí.

El día finalizó con la entrega de fotos para el concurso de fotografía que había estado siendo llevado a cabo a lo largo del día, momento donde pude evidenciar una gran participación grupal y cooperación entre todos los presente, pues se nos dio un límite de una hora para esta labor, de modo que para agilizar el trabajo, todo el mundo se ayudó mutuamente prestando laptops, enviando fotos y pasando tarjetas, de modo que todos pudieran enviar su foto a tiempo.



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